Reflexología podal, una terapia que te dejará huella

La reflexología funciona a través de reflejos, o lo que es lo mismo obedecen a un estímulo nervioso emitiendo una respuesta involuntaria. La piel constituye el primer elemento de contacto y de comunicación, las personas que van a recibir este tipo de masaje deben percibir sensación de calor, calma y serenidad.
Con cada paso nuestros pies reciben constante información que en muchos casos no somos capaces de ver y mucho menos de interpretar.
La reflexología podal consiste en la estimulación de determinados puntos específicos que van a hacer que mejore nuesto estado físico-mental. No deberíamos esperar a estar enfermos o a estar mal para buscar soluciones, es preferible una prevención. Los efectos que la reflexología puede aportarnos son muchos pero podríamos resumirlos en tres :
- relajantes: disminuyen la tensión nerviosa y el estrés
- depurativos: limpian nuestro organismo, desintoxican y abren las vías de eliminación.
- energéticos: reequilibran y compensan nuestros flujos de energía.
En cuanto a la técnica es sencilla, pequeñas estimulaciones realizadas con la yema del pulgar que se mueve sobre la zona con un movimiento de lombriz. Son presiones rítmicas que trasmiten impulsos a las zonas nerviosas para recuperar la sintonía con nuestro cuerpo.